Diez años conviviendo: cultura y resistencia en defensa del Río Verde, Oaxaca

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Crónica del 4° Festival Cultural

Por: Julio César Ramírez / MAPDER Comunicación

Fotografías: Archivo general EDUCA

En 2017, cumplió diez años la resistencia al proyecto hidroeléctrico Paso de la Reina, en la Costa Chica de Oaxaca, y se perfila al 2018 en pie de lucha.

IMG_8670Cientos de indígenas mixtecos y chatinos, ribereños de las regiones Sierra Sur y Costa Chica de Oaxaca, llegaron a San Antonio Río Verde, municipio de Tututepec –a dos horas tierra adentro de Puerto Escondido, playas del Pacífico mexicano-, el sábado 18 de noviembre, donde fueron recibidos, igual que los invitados de lejanas regiones del país y de la Guardia Nacional Indígena de Colombia, por otros cientos que apenas amaneció se congregaron frente a la Agencia Municipal y a un lado de la Iglesia donde instalaron el fuego de una cocina de leña y el almuerzo con base en guisos, frijol y queso, café, pan y tostadas servido en largas mesas bajo techos de palma, como preludio del 4° Festival Cultural por la Defensa del Río Verde.

Convocados por el sonido de tambor o huéhuetl, caracol y sonajas, llegaron camino abajo a la orilla del majestuoso cauce del Río Verde, que no es verde sino azul –la segunda cuenca más extensa del estado de Oaxaca-, donde una danza ritual ofrecía a la Madre Tierra, entre humos de copal, la ofrenda de flores, frutos dulces, maíz, pescado y más productos, en agradecimiento por la vida en esta región escenario de la histórica lucha de los pueblos indígenas, mestizos y negros de la sierra y costa contra el peligro de devastación y despojo que significaría la construcción del Proyecto Hidráulico de Usos Múltiples Presa Paso de la Reina, de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que ya cumple diez años frenado por la acción de las propias comunidades.

Temen los pueblos mixtecos, chatinos y afromexicanos, cuyo territorio sería afectado si la obra se concreta, que sus formas de vida, prácticas culturales y fuentes de subsistencia también sean trastocadas negativamente.

IMG_1354—Dejemos, compañeras y compañeros, que la Madrecita Tierra acaricie nuestros pies —animaba doña Julia Herrera, presentadora del festival.

Desde el 2007, el gobierno mexicano pretende construir la presa Paso de la Reina, una central hidroeléctrica con una cortina de 155 metros de altura –a un kilómetro arriba de la comunidad chatina de Paso de la Reyna- y cuyo embalse inundaría 3 mil 320 hectáreas de los pueblos, afectando a 17 mil habitantes dedicados a la pesca y la agricultura.

En la imposición de megaproyectos como la Presa Paso de la Reina se han violentado el derecho a la consulta, el derecho a decidir el tipo de desarrollo que quieren los pueblos indígenas, mestizos y negros de la Costa de Oaxaca, y los derechos ambientales en la cuenca del Río Verde.

Por todo eso, exigen la cancelación definitiva del Proyecto Hidráulico de Usos Múltiples Paso de la Reina. Pero además, se reconozca y respete el derecho a la libre determinación expresado en sus asambleas comunitarias en las que de manera contundente han rechazado el proyecto.

Cuando se enteraron del proyecto, pusieron una cadena en la entrada del Ejido Paso de la Reina para impedir la entrada de la CFE, y desde entonces lo cuidan todos los días, por turnos; en aquellos días formaron el Consejo de Pueblos Unidos en Defensa del Río Verde (Copudever), que aparte de la defensa legal, jurídica y organizativa realiza actividades culturales y celebra un festival al río, cada dos años, como ahora.

—Estamos hoy celebrando, con orgullo y alegría, el Cuarto Festival Cultural, como lo pensamos un día, para demostrar al gobierno, que de nosotros no se ría —proseguía en verso doña Julia desde el templete enorme de madera.

IMG_1313Templete enmarcado con una gran manta colorida, que en imagen hacía alegoría a los productos de la tierra y el río, pescado sostenido por una mujer, maíz por un hombre, de ropaje tradicional, colocados entre cerros, milpas, nubes, agua y peces besucones, que decía: 4° Festival Cultural por la Defensa del Río Verde; pero también ¡Ayotzinapa Presente! ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde.

Al templete subió por invitación de Pedro Cruz Merino, el otro presentador, la autoridad municipal de San Antonio Río Verde, para dar inicio oficial al festival. —Yo soy Claudio Robles Ortega, su servidor, y les doy la bienvenida —le dijo con sencillez al público, de innumerables familias, que en cientos de sillas blancas se acomodaron bajo una enorme lona azul adornada con flores y listones de papel multicolor.

¡Un aplauso! –pidió la presentadora. —Gracias por esa bienvenida, por esa acogida también que nos dan, porque con mucha alegría ellos también, los de aquí de la comunidad de San Antonio Río Verde, con orgullo, con entusiasmo prepararon un rico almuerzo, una rica comida. Así es que vamos a continuar. Nadie se puede desmayar. Por eso, el que tenga hambre puede ir allá a aquel lado para que así no se desmayen, porque no hay médicos, eh? Solo agua del río, y con esa la vamos a despertar.

Y se ganó la risa general.

Subieron a la tarima las autoridades municipales y agrarias Flavio Cruz León, presidente del Comisariado Ejidal del Ejido Paso de la Reina; Felipe Gómez Cruz, agente de la Policía Municipal de Paso de la Reina; Miguel Cruz Quiroz, presidente municipal de Santiago Ixtayutla; Zósimo Vásquez, Comisariado; Gregorio Ríos Ramírez, Agente Municipal de San Lucas Atoyaquillo, acompañado por el Comisariado; Gregorio Hernández Cruz, agente de Policía de Corral de Piedra, Santiago Ixtayutla; Paulino Ruiz Martínez, agente de Policía de Las Trojes; y Hernán Villanueva Villegas, Agente Municipal de Plan del Aire, Tataltepec de Valdés.

IMG_1447Los pueblos que habitan desde hace 1,500 años la región donde se proyecta la ejecución del proyecto hidroeléctrico Paso de la Reina, descienden, entre otros, del reino de Tututepec, que fue uno de los más extensos y poderosos, llegando a abarcar desde la montaña de la mixteca hasta el océano Pacífico. Un informe público de la actual resistencia anota que en 1522 los españoles llegaron al lugar y comenzó el proceso de colonización. Los territorios de los pueblos fueron repartidos mediante la figura de la encomienda y posteriormente en algunos casos reconocidos como posesiones comunales en los llamados títulos primordiales, que después, a través de resoluciones presidenciales, dieron un reconocimiento a las comunidades agrarias de Santiago Ixtayutla, Santa Cruz Zenzontepec, Tututepec de Melchor Ocampo y Tataltepec de Valdés.

Ahora, para el festival, entre la concurrencia se encontraba además la autoridad agraria de Magdalena Teitipac, Oaxaca, e integrantes de su Comité para la Defensa de Integridad Cultural y Territorial, que lleva 5 años en lucha contra la minera canadiense Plata Real, invasora de territorios y causa de división de comunidades y amenaza a la vida, costumbres e historia.

Inauguró el festival el presidente municipal de Santiago Ixtayutla, Miguel Cruz Quiroz, a las 10:35 de la mañana, a nombre del comité organizador, organizaciones civiles y de Servicios para una Educación Alternativa A.C., Educa.

Dijo Eloy Cruz Gregorio, del Copudever, en la inauguración: la intención de este evento es que todo el pueblo conozca las diferentes formas, costumbres, lenguas y todo el proyecto de vida que los pueblos ribereños hemos llevado durante años en las márgenes de este gran Río Verde. Agradeció la participación de autoridades municipales, ejidales, comunales y a las diferentes iglesias de la diócesis de la diócesis de Puerto Escondido.

Y como la fiesta y la cultura también son maneras de resistir, transcurrieron la poesía “Cuidemos el Medio Ambiente” por la niña Cindy Valeria Sarmiento Santiago, el corrido “Jubilación de la Presa Paso de la Reina”, por el poblador Pedro González, la danza de Los Tejorones, de San Lucas Atoyaquillo, la canción ganadora de un concurso en San Pedro Tututepec y el divertido bailable “Sonido de Petate”, por niños de Paso de la Reina.

Alternaron también experiencias sobre la situación del Río Verde y de los bienes comunes forestales con estrategias de manejo comunitario de la cuenca.

Vinieron en seguida el “Fandango Malacatero”, por el grupo de Santiago Jamiltepec, el discurso “No a la Presa”, por la Telesecundaria ‘Álvaro Gálvez Fuentes’, interpretaciones de Jaime, habitante de Río Grande, y de don José Reyes, poblador de Santa Rosa de Lima, así como la danza “La Vaca Vaquera”, de Santiago Ixtayutla, antes del mensaje de la Red de Defensores y Defensoras Comunitarias de los Pueblos de Oaxaca (Redecom), quienes al mismo tiempo coordinaron un taller de niñas y niños con dibujos del Río Verde y su entorno y con base en el cuento “Los bigotes del gato”, de la escritora y defensora comunitaria Astrid Paola Chavelas, incluido en “Cantos de la Costa. Cuentos para leer junto al río”.

IMG_1377Marichuy García, 71 años, -de la delegación de Temacapulín, Jalisco, también formada por don Poncho Íñiguez (81 años) y Claudio Figueroa, del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC), que resisten a la construcción de la presa y acueducto El Zapotillo desde 2006-, entonó a capela “Jacinto Cenobio”, tristeza de un desplazado, y La Paloma Juarista, parodia que ridiculiza a los vende-patria y hace un llamado a la resistencia.

De igual forma relevante fue cuando Alfredo Acosta Zapata, de la coordinación de la Guardia Nacional Indígena de Colombia, con un bastón de mando en la mano, compartió la experiencia de seguridad comunitaria para personas defensoras de territorios titulada “El Cuerpo de la Resistencia” e hizo que mujeres y hombres clamaran al unísono de pie y con el puño en alto ¡Fuerza! ¡Fuerza! ¡Agua! ¡Agua! ¡Por mi raza! ¡Por mi tierra! ¡Hasta Siempre!

“Defensores de la vida somos los que no nos cansamos –subrayó Acosta Zapata-, los que incluso muertos decimos viva la vida y abajo la puta minería, los que decimos que la vida está por encima de cualquier cosa, compañeros, que la tierra se defiende, se libera y hay que cuidarla a capa y espada, porque es nuestra abuela por siempre, el ombligo del mundo. Y por eso guerreamos, defendemos, protestamos, marchamos, danzamos, cantamos… cantos de resistencia, hacia la vida, de la historia… ¡El agua no se vende, se lucha y se defiende! ¡El Río Verde no se vende, se lucha y se defiende! ¡Hasta la muerte, compañeros! ¡Porque debemos ser más fuertes!

Y continuó: -¡Porque aquí debemos llamar a nuestros héroes espirituales, a nuestros seres culturales, que hoy están presentes! Hoy, el Gran Espíritu del Río Verde y de la Madre Tierra, está con nosotros. No hay que sentir miedo sino alegría, fuerza, como la dan nuestros niños, como la dan nuestros mayores. Cuando el indio estuvo aquí, no tenía cerca la tierra, pero vinieron los blancos y empezaron a cogerla. Lo llaman irracional, le roban lo que produce, lo juzgan leyes extrañas a su historia y a sus costumbres. Pero el pueblo va sabiendo, que el indio es más sangre y su puño se levanta, como el Sol en todas partes, por los pueblos y montañas, por los campos y ciudades, buscando todas las manos, que sean de su misma clase, para liberar la tierra y ocupar de nuevo el valle…

—Compañeros: nuestra lucha es infinita, es la continuidad de la lucha de los pueblos, nos ha costado sangre, lágrimas, pero no la podrán vencer. Los que defendemos el agua somos bendecidos por los espíritus mayores. Yo soy hijo del agua, según mi cosmovisión; y como hijo de agua y de la Madre Tierra, debo defender la Madre Tierra. Y por eso yo porto este Bastón de la Resistencia, que simboliza a la mujer Agua, Tierra, a la que debemos cuidar para que siga pariendo hijos para la vida, no hijos para la muerte.

IMG_1393El poder de la unidad y de lo colectivo es invencible, dijo. “Esta ofrenda que le estamos dando al Río Verde él nos recompensará, nos dará más alimento. El amor por la Madre Tierra, por nuestros ríos y por los pueblos indígenas hay que meterlo en el corazón de los niños y de los jóvenes”.

Acto seguido, selló la alianza de la Guardia Nacional Indígena de Colombia con el Copudever y la Red de Defensores y Defensoras Comunitarias de los Pueblos de Oaxaca. E invitó a tejer los lazos de unidad haciendo que las defensoras y defensores tomaran un listón o cinta de su bastón y forjarán la unidad en un solo cuerpo, “porque todos somos ríos”. Pidió a un niño que cantó y a la niña que recitó a que alternaran su mano con la de Marichuy, de Temacapulín, sobre el bastón.

—Yo, hoy, en nombre de los pueblos indígenas que resistimos en Colombia, acepto y sello la alianza de resistencia. Aquí somos un solo pueblo en resistencia. Y le entrego mi boina, mi ser de resistencia, con el que resistimos al Estado, a las fuerzas policiales que nos querían sacar de los territorios y seguiremos defendiendo a la Madre Tierra; y yo la voy a entregar a esta comandante guerrera, para que nos siga enseñando a los nietos, a los abuelos; le entrego el honor con toda mi fuerza y obediencia, a Marichuy, de Temacapulín, Jalisco. Así que ¡Guardia! ¡Guardia! ¡Fuerza! ¡Fuerza! ¡Por mi raza! ¡Por mi Tierra! ¡Hasta Siempre! ¡Hasta la Victoria!

 “Una espiritualidad hermosa para no dejarnos vencer, para no dejar que las grandes empresas transnacionales puedan acabar con nuestros territorios”, diría doña Julia.

Dice la boina negra que hoy porta Marichuy, en un círculo roji-blanco coronado por cinco bastones de mando: Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC; Unidad Tierra Cultura Autonomía.

Y como “aquí la costa chica de Oaxaca somos reconocidos como autores de corridos, cantos, poemas y versos”, alternaron después el Grupo Imagen Musical, de Plan del Aire; el Baile de las Canastas, de Paso de la Reina; el Corrido de Tataltepec, por Alberto Díaz; el Baile de la Artesa, de El Ciruelo, Pinotepa Nacional; el corrido “Mi infancia en Río Verde”, por Paulino González; luego sones y chilenas, por un grupo de Santiago Jamiltepec; la Polka Norteña del Club de Danza de San Lorenzo y una chilena por Tataltepec.

IMG_1503Para concluir, formó un último círculo la danza ritual náhuatl, a ras de tierra, para agradecer, con humo de copal y flores, toques de caracol, sonajas y tambor, con gran participación de los asistentes.

Dijo Eloy Cruz Gregorio, a nombre de la comisión organizadora, las palabras finales, de agradecimiento “por todos los recursos de la Madre Tierra que nos han dado vida, por la aportación de las comunidades, económica y en especies para este festival; a las comunidades de San Lucas Atoyaquillo, de Plan del Aire, San Antonio Río Verde, La Luz, Tututepec, San José del Progreso, Corral de Piedra, Paso de la Reina y Las Trojes”.

Reconoció también a la diócesis de Puerto Escondido, que a través de algunas parroquias aportaron su parte económica para poder llevar a cabo este festival, “y que hoy no nos hiciera falta lo necesario”. A las parroquias de San Pedro Atoyac y de Tututepec. A los sacerdotes que hicieron aportación económica y a la doctora Minerva, de Putla de Guerrero, también por su aportación económica. A los ayuntamientos que cooperaron: las presidencias de Santiago Ixtayutla, de San Pedro Tututepec, de Santiago Jamiltepec, de Santiago Tetepec, de Tataltepec de Valdés y de Pinotepa Nacional; Agencia Municipal de La Luz, Tututepec.

Agradeció por último la aportación económica de las organizaciones Educa, CEE, Ecosta, Copudever y fundaciones para la realización de este cuarto festival, que culminó con la exclamación al unísono: ¡Ríos para la vida, no para la muerte!

IMG_8842Es hora del crepúsculo. La gran bola naranja del Sol parece flotar luminosa sobre el Río Verde. Los últimos abrazos prometen nuevos encuentros y una palabra a la distancia: la lucha sigue, en alegre rebeldía. Y el río sigue corriendo… libre.

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