Desde el 10 de abril de 2016, autoridades comunales y agrarias, colectivos, comunidades y organizaciones de Oaxaca participamos con decisión y empeño en la Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio, organizada nacionalmente para construir estrategias comunes de lucha y fortalecer a nuestras comunidades y pueblos en sus esfuerzos de resistencia y transformación.
Día tras día, a lo largo de todos estos meses, hemos observado con dolor e indignación los continuos atropellos que sufrimos por parte de corporaciones privadas y autoridades de los tres niveles de gobierno. Buscan ampliar y profundizar el despojo de nuestros territorios y llevar adelante políticas y proyectos que dañan la Madre Tierra y desgarran el tejido social de las comunidades.
Constatamos, en todo el estado, la realización de proyectos de muerte que envenenan el suelo, el agua y el aire, arruinan la economía local, afectan la calidad de vida, invaden nuestros espacios sagrados e ignoran los derechos de los pueblos. Son proyectos que no sólo pretenden ocupar nuestras tierras y territorios, sino también nuestras formas de ser y de pensar y todos nuestros valores y creencias, así como nuestras raíces espirituales. Buscan impedir que decidamos con autonomía cómo queremos vivir.
Logramos en diversas circunstancias luchar juntos para resistir todos esos atropellos y para avanzar en nuestros propios proyectos de vida. Al mismo tiempo, hemos estado hermanando nuestros esfuerzos con los de otras muchas personas, organizaciones y pueblos que luchan también en defensa de la Madre Tierra y el territorio. Poco a poco, avanzamos en la articulación de las innumerables resistencias que cunden por el país.
Se profundizó, en el curso de la campaña, la conciencia clara de que no sólo estamos ante conflictos locales ni enfrentamos únicamente a funcionarios corruptos e irresponsables. Luchamos contra un sistema capitalista de carácter global y un régimen político a su servicio. Comprobamos la connivencia de empresas privadas e instituciones públicas en esta obra de despojo y destrucción. Los legisladores dictan leyes que traicionan nuestros intereses, a beneficio de unos cuantos; el gobierno concibe y aplica políticas cada vez más insensatas y ajenas a nuestra realidad y el poder judicial está cada vez más al servicio de quienes oprimen y se hunde en la corrupción.
Comprobamos también en estos meses que nuestros pueblos están resistiendo con vigor e imaginación. Toman iniciativas y realizan acciones ajustadas a las capacidades de cada comunidad y a las necesidades de la lucha. Aunque persisten divisiones y conflictos internos, promovidos por el gobierno o las corporaciones, se mantiene la resistencia y la decisión de llevar la lucha tan lejos como sea necesario.
Hemos seguido utilizando procedimientos jurídicos y políticos de defensa, a pesar de que reconocemos sus limitaciones ante la corrupción reinante y la irresponsabilidad de los funcionarios. Concentramos cada vez más los empeños en nuestras prácticas comunitarias, las asambleas, las formas de organización que previenen la corrupción interna y la injerencia de los partidos, así como el uso de las radios comunitarias y otros medios autónomos de comunicación, aprovechando nuestros saberes tradicionales.
Al haber logrado con éxito esta etapa de la Campaña, este 20 de noviembre de 2016, hemos acordado emitir el siguiente
PRONUNCIAMIENTO POLÍTICO
NOS COMPROMETEMOS PÚBLICAMENTE A CONTINUAR NUESTRA LUCHA EN DEFENSA DE LA MADRE TIERRA Y EL TERRITORIO Y LLEVARLA TAN LEJOS COMO SEA NECESARIO. A pesar de todas las dificultades y del inevitable desgaste que padecemos por la continua agresión de corporaciones y autoridades, hemos logrado fortalecernos en las comunidades y regiones, sentando bases más sólidas para la lucha en común.
SEGUIREMOS DANDO VISIBILIDAD A NUESTRAS LUCHAS, EN LAS COMUNIDADES, EN LAS REGIONES, EN EL CONJUNTO DEL ESTADO Y A ESCALA NACIONAL E INTERNACIONAL. Hemos logrado que muchas resistencias y luchas de las comunidades oaxaqueñas se hayan hermanado con otras del país, escuchándose mutuamente y reflexionando juntos sobre la gravedad de la situación actual, las opciones abiertas y la necesidad de articular cada vez más sus esfuerzos.
COMPARTIREMOS EN TODAS NUESTRAS COMUNIDADES Y PUEBLOS TODA LA INFORMACIÓN DE QUE DISPONEMOS, PARA MOSTRAR QUE ESTAMOS EN UN MOMENTO DE PELIGRO QUE EXIGE REDOBLAR NUESTRA ACTIVIDAD. Las amenazas que pesan sobre nosotros son muy graves y sabemos que se hacen preparativos para llevarlas a la práctica. Lejos de bajar la guardia, necesitamos pasar a la ofensiva. Sabemos que vienen por todo; por todo lucharemos. No nos dejaremos intimidar ni corromper.
SEGUIREMOS UNIENDO CUERPOS Y CORAZONES QUE LUCHAN POR LA LIBERTAD Y LA JUSTICIA. Estamos convencidos de que las reservas morales del pueblo son inagotables y que se mantiene intacta nuestra dignidad.
NO CESAREMOS EN NUESTRA LUCHA POR LA JUSTICIA. Mantendremos una lucha activa por la libertad de nuestros presos políticos y por el castigo a los culpables materiales e intelectuales de los crímenes de Nochixtlán y Ayotzinapa. Combatiremos en todos los espacios la llamada reforma educativa y otras reformas estructurales. Exigiremos sin cesar el restablecimiento del estado de derecho.
FORTALECEREMOS NUESTRAS ESTRUCTURAS COMUNITARIAS, MUNICIPALES Y REGIONALES, PARA COMBATIR LA CORRUPCIÓN DONDEQUIERA QUE ESTÉ Y PARA ENLAZAR NUESTRAS LUCHAS DENTRO DEL ESTADO Y CON COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS DE OTRAS PARTES DEL PAÍS.
CONSTRUIREMOS JUNTOS UNA ESPERANZA LIBERADORA, AL EJERCER SIN MIEDO NUESTRAS LIBERTADES Y DERECHOS, PARA CREAR UN NUEVO ORDEN SOCIAL EN QUE LA ARMONÍA y la justicia reinen en nuestras comunidades y en nuestras relaciones con la madre tierra.
¡Basta ya de atropellos a los pueblos y comunidades indígenas!
¡NO a los proyectos de muerte! ¡Al defender tierras y territorios, defendemos la vida!
¡Nuestra esperanza está en nosotros mismos, en nuestra resistencia y nuestra lucha!
¡Zapata Vive! y la lucha sigue.
Oaxaca de Juárez, 20 de noviembre de 2016